20 de Abril de 2013
Me dispongo a cargar agua y me doy cuenta que el
grifo es de pulsador y con una boca elíptica en la que es imposible
meter la manguera y eso que la que yo llevo no es de las pequeñas. Llamo
a los teléfonos que hay en el cartel del área y me lo coge la policía
municipal, le explico lo que me ocurre y me dice que han robado el
adaptador y que no pueden hacer nada pero me indica el camino a una
ferretería donde intentar solucionar el problema. A los cinco minutos me
vuelve a llamar para detallarme las indicaciones.
En la ferretería me construyen un artilugio con una manguera de mayor
diámetro dos abrazaderas y un enchufe de conexión rápida con otro trozo
de manguera más pequeña. Cuando le pregunto cuanto le tengo que pagar me
dice que le han llamado de la policía municipal y le han dicho que yo
iba para allá y que ellos se hacen cargo de la factura.
Sorprendido y contento iniciamos la subida al castillo que todavía no
habíamos realizado, antes de llegar nos encontramos con una pequeña
ermita donde hay un ensayo teatral, una persona sale a indicarnos que
podemos entrar, charlamos con él y es Arturo (no recuerdo su apellido)
el concejal delegado de cultura del que yo había leído que es el
impulsor del área. El ya tenía conocimiento de nuestro problema y había
intervenido en su solución. Le agradecimos su comportamiento y el de su
pueblo con los autocaravanistas y nos invita a volver por allí y por
supuesto a las Jornadas Medievales que celebran a primeros de
septiembre.
Desde aquí quiero animar a los autocaravanistas a pasar por este pueblo que también nos acoge.
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