31 de Julio
Para, por un día, salir antes y
como las niñas no tienen hambre recién levantadas, decidimos salir y parar
luego a desayunar. Llegamos a Morlaix y el parking al que nos dirigimos es de
pago por tiempo, como la ciudad no nos atrae mucho la vemos desde la auto y
continuamos.
Casi una hora después de salir paramos
para desayunar.
Cuando continuamos la ruta vemos
una indicación de un castillo, decidimos desviarnos para visitarlo. Tomamos una
carretera estrecha y con curvas pero preciosa, circulamos bajo un inmenso túnel
natural que forman los árboles de los lados de la carretera.
Llegamos a Lanvellec y decidimos dejar la visita al
castillo porque todavía queda otro trecho. Lanvellec es un pequeño y típico pueblo
bretón con una gran iglesia rodeada del cementerio. Hacemos una pequeña parada
y continuamos viaje.
En Lannion quizás lo más
significativo es la subida a la iglesia con 140 escalones, pero no estamos para
esos esfuerzos. Para nosotros es mejor pasear por sus calles y encontrar tres curiosas casas de entramado de madera y algún
material que a mí se me antoja pizarra. Las casas parece que se apoyan unas
sobre otras y que en cualquier momento si una cae las otras caerán también.
Comemos en un parking en
Tregastel y decidimos buscar un camping porque las niñas quieren ir a la
piscina, el primero que encontramos no tiene piscina, el segundo es carísimo, y a la tercera va la
vencida entramos en el camping West, ya en Ploumanach. Mientras las niñas se
bañan vemos un poster de una fortificación que nos gusta, es Fort La Latte. Busco
donde está y descubro que con una ligera modificación en la ruta de mañana lo
podemos visitar.
Hacemos un completo zafarrancho
de limpieza, sacamos la plancha y nos preparamos un exquisito pez de espada que
llevábamos congelado.
